A Rosita. Ro-si-ta. La erre suena rota, como si el aire se escapara por una rendija, entre dientes, por un hueco que no le toca. Como si le precediera una ge. Como la pronunciaría un gabacho. Ro-si-ta. La ese líquida, … Seguir leyendo →
A Rosita A Rosita nunca le gustó bañarse. Sumergir la cabeza en el agua le producía una sensación de ahogo que, a través de una u otra excusa, trataba de evitar cada vez que su marido, sus hijos o sus … Seguir leyendo →