Maricón

La de hoy será nuestra última noche juntos. Quién lo iba a decir, después de tantos años, tantas emociones. Hoy, de repente, me voy. De la mano hemos crecido, como si el paso del tiempo solo hubiera sido un testigo, y nosotros los verdaderos protagonistas de esta historia. Desde aquellas noches contándonos los sueños en voz baja, escondidos tras la manta de la vergüenza, nuestros primeros besos, nuestros primeros llantos, los llantos ahogados y mudos de la adolescencia, las risas traviesas de quien pierde el velo de la inocencia. Besos y más besos bajo un mar de sábanas. Largas, larguísimas conversaciones telefónicas con la mirada perdida en la ventana. Tardes de verano, tardes de otoño lluviosas. Devorando libros, bebiéndonos las películas a oscuras. Simplemente viviendo.

Todavía me acuerdo de nuestro primer encuentro. Parecíamos no encajar del todo bien, pero bastaron dos noches para conocernos a fondo. El roce de los cuerpos, la respiración profunda y perdida en el silencio de la noche. Piel con piel, sudor con sudor. Todo lo que en ese instante ocurría más allá de nosotros sobraba por completo. Nos teníamos el uno al otro, y una mirada era siempre suficiente para comprendernos. Pero se acabó. ¿Qué fue de aquellas promesas, los besos en la almohada? ¿Qué de los abrazos? ¿Queda algo de aquellos años en que parecíamos inseparables? Quizá ya no seas aquel inocente niño que conocí, que soñaba con historias imposibles, que pensaba que algo así sería para siempre.

Me hago mayor. Ahora me ves como una vieja, estropeada e inútil cama. ¿Qué será de mí?  Con suerte, encontraré mi sitio junto a un contenedor de ropa usada. Y tendré que soportar, desnuda, el frío y los caprichos fisiológicos de los perros. Me abandonas. Y me cambias, después de tanto, por uno de esos arrogantes y engreídos viscoelásticos. Pues ahí te quedas. Maricón.

cama

Acerca de pauborreda

Periodista y fotógrafo
Esta entrada fue publicada en Blog y etiquetada , , , , . Guarda el enlace permanente.

Una respuesta a Maricón

  1. Ramón Barreiro dijo:

    A la cama de uno no se la debe abandonar, no de cualquier manera, casi diría que no se la debe abandonar jamás. Son demasiadas noches compartidas, demasiados sueños, demasiadas sensaciones vividas…

¿Te ha gustado? ¡Comenta y comparte!

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s