Al desplegar sus alas, las mariposas exhiben colores vivos e intensos, que hacen de ellas unos de los más bellos insectos de la tierra. Cuando alzan el vuelo estas flores aladas, baten con fuerza, sin complejos, haciendo gala de un poderío estético que embriaga.
Hoy hace 55 años, Patria, Minerva y Mª Teresa Mirabal -Las Mariposas, como se hacían llamar para luchar de forma clandestina por la libertad de su pueblo -, fueron brutalmente asesinadas por el régimen del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo.
Un grupo ejecutor de seis hombres las ahorcó, apaleó y lanzó desde dentro de un coche por un acantilado, haciendo que todo pareciera un accidente. Pero el cruel plan de Trujillo, que quiso librarse de estas mujeres que habían encabezado la oposición contra su régimen, no resultó, y pronto fue descubierta la verdad. Fue el 25 de noviembre de 1960 cuando las jóvenes hermanas Mirabal dejaban cinco niños huérfanos. En el momento de su muerte, las tres mujeres tenían 25, 34 y 36 años.
Pero, según dice un proverbio chino, «el simple aleteo de una mariposa puede cambiar el mundo». Y así fue. Poco antes de su asesinato, que se había convertido en un secreto a voces, Minerva Mirabal advirtió: «Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte». Como una mariposa.
Minerva y sus hermanas hicieron batir sus alas después de muertas. El dictador Trujillo fue asesinado seis meses después por un grupo de conspiradores que vengaron a las tres mujeres y pusieron fin a 30 años de dictadura, abusos, torturas y corrupción.
El efecto mariposa continúo después, en una República Dominicana que vio renacer la democracia. Bélgica Adela «Dedé» Mirabal, la cuarta hermana que pudo salvarse por no tener un papel tan activo en la lucha contra la dictadura, dio a conocer la historia de sus hermanas. Pronto esta historia se convirtió en un ejemplo no solo para el pueblo dominicano sino también para todo el mundo. Y en 1999, las Naciones Unidas declararon el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Violencia contra la Mujer. Las hermanas Mirabal, que habían sido silenciadas ferozmente, acabaron venciendo.
Hoy, cada día, cientos de mariposas que sufren malos tratos encuentran la fuerza necesaria para batir sus alas y denunciar sin miedo. Hoy al menos podemos gritar por el fin de esta lacra, hoy podemos soñar que así suceda. Recordando su sueño. El sueño de Las Mariposas.